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¿Conchita de qué?

Foto del escritor: PsiconchyPsiconchy

Tal vez te sonará extraña esta pregunta, posiblemente no se percibe el mensaje que deseo dejarles con esta publicación, pero resulta que esas tres palabras las he escuchado desde que tengo uso de conciencia, ¡ojo! De todas las formas y tonalidades posibles, desde la burla, el sarcasmo, la ingenuidad o simplemente la extrañeza de si realmente es un nombre o un sobrenombre.

Bueno la historia empieza así, cuando mis padres decidieron tener bebés llegaron al acuerdo que mi mamá elegiría el nombre si era niño y mi papá si era niña. Nació esta criaturita y a mi papá se le ocurrió la brillante idea de colocarme el sobrenombre de mi mamá que es “Conchita”, ella se llama Concepción, pero siempre le han dicho Conchita por cariño.

Sin embargo, la mejor parte del cuento viene a relucir, ya comprometida para casarme cuando mi padre confiesa que detrás de esa historia había una connotación más profunda y es que las tres ultimas letras de mi nombre representan las iniciales de su nombre y apellidos. ¡Wao! Y ¿cómo no me había enterado de esto? Fue mi pregunta inicial. Eso realmente me sorprendió, aunque ya estaba adaptada y acostumbrada a que mi nombre de alguna forma sobresaliera del resto. En especial en la universidad donde hay tanta gente yo era la única llamada Conchita.

Debo confesarles que cuando entendí que era mi nombre para siempre (no he pensado en cambiarlo nunca) decidí dejar una huella, al fin y al cabo, la gente me recordaría y que mejor forma de hacerlo. Sin embargo, eso lo puse a prueba cuando me mude a Santiago de Chile, dónde NADIE se llama así, ni conoce a alguien que tenga ese sobrenombre (al menos en mi circulo cercano), eso me regresó a mi infancia, a los momentos de incomodidad por no saber como darme a conocer. Aunque la parte más dura fue a nivel profesional dónde en entrevistas me preguntaron muchas veces si era mi nombre y hasta se me cuestionó la profesión por la confianza que eso generaría, imagínense hasta ese punto.

Allí tuve que usar la carta debajo de manga que es mi segundo nombre Josefina, nunca lo había usado de esa forma y me costó bastante adaptarme, estuve aproximadamente 2 años llamándome de esa manera hasta que me cansé, sí realmente estamos en una sociedad inclusiva ¿cómo me van a discriminar por mi nombre? Y esa fue la pregunta que me llevó a querer, valorar, aceptar y hacer que el resto aceptara que me gusta mi nombre y me hace ser yo.

En vista de todo esto, hoy te escribo a ti, a esa persona con nombre diferente, ese que escriben mal, que no se entiende bien, que es una mezcla difícil de explicar o que simplemente significa una cosa (como yo je je). A ti te digo, utiliza ese factor diferenciador para potenciar tus cualidades y te invito a reflexionar con esta frase:

“Si la gente me va a recordar ¿qué quiero que piensen de mí?”

@psiconchy




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